APÉNDICE B: Líneas de actuación desde la terapia ACT/hexaflex que se  integran en la propuesta de abordaje de la MPA desde la RFT. 

Tal y como se ha explicitado en el apéndice A, el repertorio conductual problemático de R. implica responder de acuerdo con ciertas reglas verbales de dependencia a la validación externa, en lugar de en armonía con sus valores personales. ACT es un marco terapéutico contextual con una variedad de metáforas y ejercicios experienciales que se incardinan en la propuesta de líneas de actuación desde la RFT: entrenar y orientar a R. hacia el modelo de flexibilidad psicológica. El HEXAFLEX es un enfoque metodológico de ACT en seis procesos (simplificando sus vértices a dos o tres dimensiones, u organizándolos en una matriz), que se integra en la propuesta desarrollada en el apéndice A de este trabajo. 

Puede ayudar a R. a: observar, experimentar y comprender los pensamientos, emociones y reglas que guían su comportamiento; discriminar sus acciones, mediante la identificación de sus interrelaciones con el contexto en que las realiza (qué hace, cuándo lo hace, sus motivaciones, las consecuencias a corto y largo plazo, la relación entre sus conductas y las consecuencias aversivas que experimenta); identificar en ese contexto el problema real y así descubrir su raíz y sus posibles soluciones, al reconocer la ineficiencia de sus acciones, que no le ayudan y ponen en valor la necesidad de un cambio; fortalecer funciones conforme a sus verdaderos valores, ligadas a lo que tiene sentido personal, a lo que le entusiasma y emociona; adoptar una perspectiva inclusiva que enmarque su comportamiento en un contexto jerárquico, donde ella se reconoce como observadora de sus acciones y nota la diferencia de sus comportamientos privados y públicos al identificar las reglas verbales problemáticas que le llevan a responder de manera rígida al margen de sus verdaderos valores.

Exploración, clarificación e identificación de sus verdaderos valores. A través de esta estrategia R. puede volver a conectarse con lo que realmente valora en la música y en su vida en general. Este proceso le brinda la oportunidad de redescubrir su pasión por la música y su deseo genuino de expresarse de manera auténtica. Al alinearse con sus valores y metas más profundos, puede avanzar hacia una vida más plena y significativa, centrándose en el disfrute de la música, su crecimiento personal y la expresión genuina de sí misma. 

Los valores representan categorías verbales abstractas de refuerzo que aumentan las contingencias externas (Plumb et al., 2009). En el contexto de frustración, desánimo, deseo de "tirar la toalla" y abandonar el escenario, de R., en muchos momentos de su carrera profesional, a pesar de sus incuestionables éxitos, es crucial, desde la perspectiva de ACT, una evaluación minuciosa de los valores que R. considera significativos en relación con su desempeño artístico.

El objetivo es que R. Identifique sobre qué es importante en su vida, qué le motiva y da sentido a las acciones y decisiones, para crear una lista de valores personales que representen lo que es fundamental y significativo para ella. Y a continuación jerarquizar, priorizar, ordenar los valores identificados según su importancia, considerando su impacto tanto en su yo violinista como en todos sus “yo” en su vida diaria y en la toma de decisiones. Por otra parte se ayudaría a R. a evaluar el resultado de sus decisiones y acciones diarias a la luz de los valores identificados, asegurando que estén alineadas con ellos, y a establecer metas a corto y largo plazo que estén en consonancia con los valores personales, creando un plan de acción para alcanzarlas. Por último visualizar su vida profesional alineada como persona. Al imaginar cómo sería una vida en la que se viven los valores personales de manera consistente, se fortalecería la conexión con ellos (Juncos y de Paiva e Pona, 2018).

Para R., la "perfección en la interpretación musical" es un valor muy claro que le refuerza y facilita el incremento de tiempo que dedica a la práctica. Aspira a la excelencia en sus interpretaciones, busca un sonido impecable y libre de errores, y un rendimiento máximo en relación con sus ensayos. La identificación de este valor es inestable y en este momento de su vida, acuciada por la MPA, es capaz de establecerlo en dos contextos: en el ámbito privado, o en un entorno que en absoluto lo sienta susceptible de juicios o comparaciones; y en el escenario o en situaciones evaluativas con una MPA que decrementa su rendimiento, aunque en ocasiones su rendimiento sea suficiente, eficaz, para obtener una plaza.

 Para R., la perfección se sustenta, tanto en la excelencia técnica, por lo que su enfoque estaría en la preparación meticulosa y la práctica deliberada, comprometiéndose a practicar lo necesario para perfeccionar su habilidad técnica, como desarrollar creativamente la musicalidad de la partitura, en conexión con su emocionalidad. R. aprecia su conexión emocional con el público. Esto se traduce en un compromiso activo con cada interpretación, para transmitir emociones y establecer una conexión auténtica con el público.

Otro valor que identifica R., es aspirar al reconocimiento del público y de otros violinistas, es decir, la validación externa positiva, tanto en sus recitales como en sus audiciones (críticas positivas, aplausos sinceros y merecidos y buenos resultados en pruebas, audiciones y concursos). R. experimenta frustración y malestar cuando estos valores no son coherentes. La identificación inestable conduce a unas contingencias que mantienen un comportamiento incompatible con los valores elegidos: la presión por la perfección le lleva a una autocrítica excesiva; el miedo a cometer errores en público intensifica su ansiedad al bloquear su cuerpo; y su dependencia del reconocimiento externo le hace vulnerable a la crítica negativa y a la subjetividad ocasional de los jueces, lo que afecta a su autoeficacia y autoconfianza. El miedo a decepcionar, a la censura, al juicio y la desaprobación aumenta su ansiedad, impidiéndole rendir en el escenario como lo hace en su hogar.

R. siente un conflicto cuando se enfrenta a situaciones en las que debe elegir entre concentrarse en su expresión emocional o en su precisión técnica o interpretar conforme las convenciones musicólogas subjetivas (incluso técnicas) de un tribunal o jurado. Esta tensión entre los valores en ocasiones le genera ansiedad y dificulta su ejecución óptima, “al 100%”. La coherencia entre los valores serviría para fortalecer estas relaciones y evitar los desafíos resultantes de valores competidores. Por ejemplo, si "expresión emocional" y "precisión técnica" fuesen incompatibles, dedicar tiempo a mejorar una de ellas restaría del desarrollo de la otra. Sin embargo, si hay coherencia entre estos valores, perfección técnica y expresión emocional, desaparece la resistencia (Belisle, J. et al., 2021). Mejorar una podría fortalecer la ocurrencia de la otra.

Las contingencias mantienen variedad de comportamientos. Algunos no están en consonancia con los valores elegidos, como la lucha contra las respuestas a la ansiedad. La coherencia entre valores y comportamientos puede ser más difícil de lograr si las contingencias externas reales seleccionan comportamientos que son incompatibles con los valores elegidos: depender siempre de la validación externa, necesitar cumplir siempre las expectativas (reales o imaginarias) de los demás, esperar siempre las críticas y resultados positivos, avergonzarse por cualquier error y no perdonarse, calificar dicotómicamente.

Para R., aprender a responder con flexibilidad psicológica a las dificultades del rendimiento significaría persistir en sus valores, incluso cuando se enfrenta a desafíos; adaptarse a contratiempos y errores, y seguir adelante; ser amable consigo misma ante los errores o las imperfecciones, con autocompasión en momentos de dificultad, a la luz de sus valores. En teoría, R. experimentaría una mayor capacidad para convivir y afrontar la barrera de la ansiedad escénica y lograr un rendimiento eficiente, ya que sus acciones estarían alineadas con sus valores y propósitos más profundos. Disfrutaría más de la música y del proceso de interpretación, ya que cada actuación sería una oportunidad para expresarse y conectarse con su audiencia/público de manera auténtica. Aprendería a reconocer que el éxito y el fracaso son parte del proceso de desarrollo competencial. Este enfoque holístico no solo podría fortalecer una carrera musical más plena y gratificante, sino que también podría mejorar su bienestar emocional y su calidad de vida en general.

Posibles valores que ayudarían a respuestas flexibles serían: valorar que su música es una expresión personal de su ser, y que no hay una forma "perfecta" de tocarla, que varía cada vez que se sube al escenario; valorar que lo esencial al salir al escenario es comunicar sus emociones, sus ideas y sus experiencias a través de la música, sin importar la opinión de los demás; valorar cada audición, competición o recital como una oportunidad de compartir su música con los demás y de crear conexiones significativas con ellos; valorar que el esfuerzo de preparación de un nuevo repertorio y el proceso de autoenseñanza y aprendizaje son recompensas en sí mismas; valorar enfocarse en lo que sí está bajo su control: su preparación, su desempeño en el escenario, aceptando que existen factores externos que escapan a su control, como las preferencias de los jueces o la subjetividad de la evaluación musical; valorar cada audición o competición como una oportunidad para aprender y crecer como músico; valorar cada exposición en el escenario, ya sea en audiciones, competiciones o recitales, como una oportunidad para aprender de sus errores, mejorar sus competencias para tocar con público y crecer como músico; valorar mejorar constantemente sus habilidades musicales y desarrollar su propia expresión artística única; valorar la retroalimentación de jueces y profesores, utilizando esta información como una herramienta para su crecimiento personal y profesional; valorar sus fortalezas como músico, su talento y su capacidad para interpretar el repertorio de manera excepcional; valorar su genuina expresión musical, aportando su sello personal a cada interpretación; valorar el disfrute y la alegría de compartir creativamente su música con los demás, independientemente del resultado final; valorar la concentración en mejorar su técnica musical, su expresión artística y su capacidad de conectar emocionalmente a través de sus interpretaciones con su público, aunque le cause malestar; valorar su capacidad de análisis de cada experiencia después de una audición o competición e identificar áreas para mejorar; valorar cada audición, competición o recital como oportunidades de aprendizaje, como experiencias para fortalecerse y crecer como músico; valorar que cometer errores es humano y parte natural del proceso de aprendizaje, y que no le define como persona ni como artista; valorar su fuerza de voluntad, sus dotes creativas para enseñar y aprender, su capacidad para perseverar, a pesar de los resultados adversos; valorar cada logro, grande o pequeño, reconociendo su progreso y su crecimiento personal y aceptando sus imperfecciones y limitaciones, sin juzgarse ni criticarse de manera severa.

Acciones comprometidas hacia la vida que desea vivir. R. valora la expresión artística y la conexión con el público, por lo que tocar en conciertos en vivo podría considerarse una acción comprometida que le permitiría alcanzar sus metas musicales. Sin embargo, debido a la ansiedad por el rendimiento, R. evita presentarse en público, busca argumentos para evitar recitales y concursos, lo que limita su capacidad para avanzar hacia sus valores y metas. Esta evitación se manifiesta en conductas como no ensayar con otros músicos, formar parte de conjuntos (dúos , tríos, cuartetos…) o dejar de participar en concursos, y solo se presenta a audiciones que le posibilitan un crecimiento en su carrera profesional. Estas conductas mantienen la ansiedad por el rendimiento y dificultan su progreso. R. está sufriendo y busca y experimenta estrategias e intervenciones para conseguir un rendimiento adecuado en sus interpretaciones, y las consecuencias son un bloqueo corporal y una fusión con pensamientos de fracaso y autocrítica; probablemente las acciones comprometidas dirigidas hacia sus valores no ocurren o lo hacen a tasas bajas. 

Las acciones comprometidas representan la clase de comportamientos que, cuando se realizan, son probablemente las que llevan al cliente más cerca de sus valores elegidos (Hayes et al., 2011). Estas acciones se pueden estructurar en un plan de acción concreto, flexible y adaptable, en pasos pequeños, objetivos de realización a corto plazo que conduzcan a unos objetivos resultado, a más largo plazo. Se puede guiar a R. en la definición de metas claras y realistas tanto en el ámbito como violinista como en el personal, que sean medibles, alcanzables, relevantes y limitadas en el tiempo que se alineen con sus valores personales. Dependiendo de la evolución de R. su compromiso de cambio poder guiarse alrededor por líneas generales del siguiente plan de acción de objetivos y acciones comprometidas. Todas las áreas están interrelacionadas y son complementarias y no pretenden ser exhaustivas.

a/. Comprometerse a explorar y experimentar con diferentes estilos y enfoques musicales, permitiéndose expresarse libremente con su modo de ser y estar en el mundo, sin preocuparse por alcanzar una perfección inalcanzable. Desarrollar un estilo musical único y personal que refleje su esencia como artista, explorando géneros, técnicas y formas de expresión musical sin temor a la crítica o la comparación. Reconocer la variabilidad inherente en la interpretación musical. 

Explorar diferentes estilos musicales, géneros y técnicas de interpretación, saliendo de su zona de confort y descubriendo nuevas formas de expresarse musicalmente. Experimentar con diferentes interpretaciones y registros emocionales de una misma pieza musical en cada actuación para celebrar la diversidad de expresiones musicales en distintos contextos. Explorar nuevas formas de interpretar y expresar musicalmente las piezas de su repertorio, incorporando elementos de improvisación, ornamentación o variación para agregar originalidad y autenticidad a sus interpretaciones. Notar diariamente sobre cómo su música refleja su ser interior y mantener un diario de vivencia de su experiencia después de cada actuación para identificar y valorar las características únicas de cada interpretación.

Improvisar con regularidad para liberar su creatividad, fomentar la flexibilidad y explorar nuevas ideas musicales sin la presión de la perfección o la expectativa de la audiencia. Experimentar con la improvisación musical durante 15 minutos cada día, permitiendo que la música fluya libremente.  Grabarse tocando una pieza musical y luego escuchar la grabación con atención, identificando aspectos de su interpretación que reflejen su estilo y expresión únicos. Aportar su sello personal a cada interpretación, tomando decisiones creativas que le parezcan genuinas y que reflejen su esencia como artista.

b/ Comprometerse a conectarse profundamente con la música que interpreta, enfocándose en transmitir autenticidad y emoción en cada actuación, independientemente de la recepción externa. Conectar con su público a nivel emocional a través de sus interpretaciones, transmitiendo con claridad las emociones y el mensaje de cada pieza musical. 

Antes de cada ensayo privado y el día anterior a la audición, escribir una breve descripción de las emociones que desea transmitir a través de la música y cómo cada pieza musical contribuye a expresarlas. 

Participar en sesiones de improvisación con otros músicos para aprender a responder intuitivamente a las emociones musicales y liberarse de la preocupación por el juicio y la decepción por el rendimiento de quien le escucha durante la interpretación en vivo. Actuar frente a audiencias pequeñas para reconstruir su confianza gradualmente, experimentando la intencionalidad de su interpretación sin importar los criterios técnicos o expresivos de los demás o del estilo ortodoxo de la partitura.

Utilizar intencionalmente recursos musicales como la dinámica, el tempo, la articulación y la expresión corporal para crear un impacto emocional profundo en la audiencia. Disponer de una contextualización del repertorio que va a interpretar en el escenario que refleje sus emociones y experiencias personales, y comprometerse a interpretarlas con sinceridad y autenticidad en cada actuación.

Escribir en un diario personal después de cada experiencia musical, identificando sus pensamientos, emociones y observaciones sobre la presentación. Mantener un diario musical, un portafolio, anotando sus pensamientos, emociones y experiencias relacionadas con la música, para notar e identificar su progreso y crecimiento a lo largo del tiempo.

c/ Comprometerse a compartir su música con el público, centrándose en la conexión humana y en el impacto positivo que puede tener en quienes la escuchan. Crear experiencias musicales para un público reducido, ofreciendo conciertos y presentaciones que generen conexiones significativas y duraderas. Organizar eventos musicales en espacios informales para compartir su música con amigos, familiares y conocidos en un ambiente más íntimo y cercano. Interactuar con su público después de las presentaciones, compartiendo sus ideas, experiencias y pasión por la música. Después de cada presentación, invitar a algunos miembros de la audiencia a conversar sobre la música y compartir sus impresiones y emociones.

Desarrollar un sentido de gratitud y aprecio por la oportunidad de compartir su música. Notar  la experiencia positiva y gratificante que ha tenido al compartir su música con otros, centrándose en los momentos de conexión y expresión compartida. Practicar la presencia plena durante las actuaciones, enfocándose en el momento presente y disfrutando del proceso de tocar música sin preocuparse por el resultado final.

Cultivar una mentalidad de aceptación y no juicio hacia uno mismo y hacia los demás, reconociendo que el arte es subjetivo y que cada interpretación es una expresión válida y única. Recordar que el propósito más profundo de compartir música es conectar con los demás y transmitir emociones y experiencias compartidas, centrando la atención en el impacto positivo que su música puede tener en la audiencia.

Establecer objetivos de actuación que se centren en disfrutar del proceso de hacer música y conectar con el público, en lugar de enfocarse exclusivamente en alcanzar ciertos estándares de perfección técnica o artística. 

d/ Comprometerse a abrazar el proceso de aprendizaje y crecimiento musical, valorando cada paso del camino y reconociendo el progreso realizado, independientemente del resultado final. Aprender constantemente nuevas técnicas musicales, expandir su conocimiento musical y desarrollar nuevas habilidades para enriquecer sus interpretaciones. 

Al aprender un nuevo repertorio, dedicar tiempo a explorar diferentes interpretaciones de la misma pieza por parte de otros músicos e identificar las diferentes formas de expresarla. Disfrutar del proceso de aprendizaje, abrazando los desafíos y celebrando cada logro, grande o pequeño, en su camino musical con satisfacción y orgullo, sin necesidad de que los demás lo reconozcan.

Fijar objetivos de práctica diaria y semanal para compaginar la dedicación de tiempo específico al aprendizaje de nuevas piezas musicales y técnicas de interpretación y el perfeccionamiento del repertorio común a todas las audiciones. Mantener disciplinadamente un registro en un portafolio o diario de los logros alcanzados durante la práctica diaria para mantener la motivación.

Desarrollar una actitud de gratitud hacia el proceso de aprendizaje musical. Recordar diariamente las razones por las que ama la música y el proceso de aprendizaje. Reconocer y apreciar los desafíos como oportunidades para implementar el desarrollo de sus competencias y, por ello, su crecimiento y desarrollo personal. Celebrar cada logro, grande o pequeño, reconociendo su progreso y crecimiento personal como músico. Practicar el autoelogio y el reconocimiento de los logros, por pequeños que sean, reconociendo el esfuerzo y la dedicación invertidos en cada paso del proceso. Al final de cada semana, reconocer y celebrar al menos un logro o avance personal relacionado con la música, sin importar cuán pequeño sea, fomentando la autocompasión y el aprecio por su propio progreso.

Desarrollar una perspectiva realista y equilibrada sobre el progreso personal, reconociendo que el crecimiento no siempre es lineal y que los aparentes retrocesos y obstáculos en el escenario son parte natural del camino hacia el éxito.

e/ Comprometerse a concentrarse en aspectos que puede cambiar, como la dedicación a la práctica y la mejora continua, en lugar de preocuparse por variables externas sobre las que no tiene influencia directa. Establecer un plan de práctica estructurado y dedicar tiempo cada día a mejorar sus habilidades musicales, técnica e interpretación, estableciendo períodos de descanso obligatorios. Crear un plan semanal que incluya tiempo dedicado a la preparación del violín y arco para las presentaciones. Enfocarse en lo que está bajo su control, su preparación, desempeño y actitud, tanto en los ensayos como en las preparaciones, aceptando que existen factores externos que escapan a su control. Buscar retroalimentación constructiva de profesores, mentores o músicos experimentados para identificar áreas de mejora y enfocarse en lo que sí está bajo su control.

Registrar los posibles factores externos que escapan a su control durante las actuaciones, como las preferencias de los jueces o la subjetividad de la evaluación musical. Practicar la aceptación radical de las circunstancias durante las actuaciones, centrándose en lo que puede depender de ella en el momento. Identificar en sus experiencias qué aspectos estaban dentro de su control y cuáles no, y aprender progresivamente en cada audición a soltar lo que no puede cambiar. Desarrollar un plan de preparación integral para cada actuación, enfocándose en aspectos como la técnica, la interpretación y la gestión del estrés. Practicar en los ensayos técnicas de visualización y mindfulness que incluyan la percepción de sus valores, la aceptación y la autocompasión para mantenerse centrada en su desempeño durante las actuaciones, incluso con la preocupación por factores externos que están fuera de su control.

f/ Comprometerse a ver cada experiencia de actuación como una oportunidad de aprendizaje, donde pueda identificar áreas de mejora y desarrollar habilidades para futuras presentaciones. Participar en cursos y masterclasses musicales para aprender de otros músicos experimentados. Mantener relaciones con mentores periódicamente para contrastar sus progresos, aprender nuevos puntos de vista, ampliar conocimientos musicales o desarrollar habilidades específicas. Buscar oportunidades para recibir retroalimentación constructiva de colegas músicos o profesores antes y después de cada audición o competición, con el objetivo de mejorar continuamente su desempeño

Buscar el apoyo sincero y desinteresado de compañeros músicos o mentores después de experiencias desafiantes para obtener perspectivas externas y construir la capacidad de recuperación y desarrollar una actitud de resiliencia frente a los resultados adversos. Integrar en su diario o portafolio de práctica un registro contextualizado de las conversaciones, de sus apreciaciones, de las lecciones aprendidas después de cada interacción con personas de confianza en cada audición o competición, identificando áreas de mejora y estrategias para abordarlas en futuras actuaciones? Establecer objetivos de mejora personal con mentalidad de crecimiento, viendo los desafíos como oportunidades para fortalecerse en lugar de obstáculos insuperables, antes de cada audición o competición, en lugar de compararse con otros, atendiendo a lo reflejado en su diario

Asistir a conciertos y recitales de diferentes géneros musicales para observar diferentes estilos de interpretación y expresión musical? Observar a otros músicos en vivo, prestando atención a su técnica, interpretación y conexión con la audiencia, buscando inspiración y nuevas formas de mejorar su propio desempeño. Mantener un registro de observaciones en su diario, anotando técnicas y enfoques que le resulten útiles para implementar en sus propias actuaciones

g/ Comprometerse a identificar sus experiencias en cada actuación, reconociendo circunstancias no previstas de su desempeño, los errores no esperados, como oportunidades para crecer y fortalecerse como intérprete y comunicador musical, aceptando los errores como parte inevitable del proceso de crecimiento. Aceptar que cometer errores es parte natural del proceso de aprendizaje y no define su valor como persona ni como artista. Permitirse cometer errores en los ensayos sin juzgarse, aceptando que los errores son parte natural del proceso de aprendizaje. Aceptar y verbalizar sus imperfecciones y limitaciones, siendo consciente y contextualizado con sus fortalezas y debilidades, y trabajando en su desarrollo sin compararse con los demás, abrazando su individualidad y autenticidad. Desarrollar una actitud compasiva hacia ella misma frente a los errores y las dificultades desde la consciencia de su humanidad. Practicar la autocompasión cultivando pensamientos y palabras amables, especialmente después de cometer errores no calculados y recordar a sus profesores, mentores y ejemplos de músicos famosos que también han cometido errores en el escenario y han aprendido y crecido a partir de esas experiencias.

Notar los errores cometidos durante las actuaciones que no surgieron en los ensayos para intentar identificar las causas subyacentes y desarrollar posibles estrategias para continuar mejorando. Componer fragmentos musicales originales y variaciones sobre el repertorio qué está trabajando y explore diferentes estilos y formas de resolver fraseos, cadencias, dificultades técnicas o expresivas, incorporando recursos técnicos con mayor dificultad. Investigar cómo otros intérpretes han resuelto los fragmentos donde han existido errores y experimentar y trabajar cada uno de ellos de forma independiente. Registrar los diferentes modos de resolver fragmentos complicados del repertorio teniendo en cuenta sus competencias reales. Incorporar sesiones de grabación de audio de sus ensayos, donde interpreta diferentes formas de resolver dificultades técnicas. Practicar la presencia escénica y el contacto visual con el público durante los ensayos y grabar en vídeo para identificar la conexión emocional en momentos de tensión técnica. Desafiar conscientemente su zona de confort al elegir repertorio o estilos musicales que presenten nuevos desafíos técnicos o interpretativos en cada actuación.

Establecer sesiones regulares de mentoría con un profesor o músico experimentado para recibir orientación personalizada y consejos sobre su desempeño durante el periodo de preparación de la audición, competición o recital. Solicitar retroalimentación específica sobre aspectos técnicos, interpretativos o expresivos después de cada evaluación de un juez o profesor. Recibir y procesar la retroalimentación de manera constructiva, mostrando apertura para entender las críticas de jueces de sus errores en el escenario que no habían aparecido en los ensayos, utilizando esta información como una herramienta para su crecimiento personal y profesional en lugar de reaccionar defensivamente. Registrar los puntos clave y las áreas de mejora sugeridas, para orientar el plan de práctica y desarrollo musical, estableciendo metas específicas y realizables para abordar las áreas identificadas para mejorar.

Mantener una actitud proactiva y resiliente ante los errores, aprendiendo de ellos y utilizándolos como oportunidades para mejorar. La próxima vez que cometa un error durante el ensayo, al igual que en una audición, notarlo momentáneamente, e incorporar una respiración profunda y continuar tocando con confianza y sin juzgarse a sí misma por el error.

h/ Comprometerse a reconocer y celebrar sus competencias musicales, valorando sus fortalezas y talentos como parte integral de su identidad como músico. Realizar una evaluación personalizada de fortalezas musicales, identificando áreas en las que destaca y estableciendo metas para aprovechar al máximo esas fortalezas en futuras actuaciones. Reconocer y verbalizar su fuerza de voluntad, sus dotes creativas para enseñar y aprender, para superar obstáculos y encontrar soluciones innovadoras, su capacidad para perseverar, a pesar de los resultados adversos. Mantener un registro de elogios y comentarios positivos recibidos de colegas músicos, profesores o audiencias para reforzar su confianza en sus habilidades musicales y su capacidad interpretativa. Crear una lista de sus logros musicales y éxitos personales, revisarla periódicamente y agregar nuevos logros a medida que los alcance, fortaleciendo su autovaloración y confianza en sí misma. Grabarse tocando una pieza musical y luego escuchar la grabación con atención, identificando únicamente los aspectos de su interpretación que reflejen sus fortalezas tanto técnicas como expresivas. Cultivar una mentalidad de gratitud y autoaceptación, reconociendo sus fortalezas musicales y valorando el camino recorrido en su desarrollo como músico. Desarrollar una actitud de confianza y seguridad en sus competencias a pesar de que en ocasiones el desempeño no resulta a corde con ellas. Buscar inspiración fuera del ámbito musical, explorando otras formas de arte, literatura, naturaleza u otras experiencias que puedan alimentar su creatividad y perspectiva.

Aceptación. La aceptación se define como una disposición a experimentar eventos potencialmente aversivos, tanto públicos como privados, en servicio de valores elegidos (Belisle et al., 2021). R. enfrenta constantemente al desafío de escapar de la ansiedad. Lucha por evitar experimentar eventos difíciles, tanto internos como externos, debido a su percepción de que son desagradables e incontrolables. En ocasiones, R. puede no reconocer claramente qué eventos está evitando, y las consecuencias negativas de esta evitación tienden a reforzar su comportamiento de evitación. Es importante que R. pueda establecer una jerarquía  entre eventos aversivos importantes y no importantes tanto en su vida personal/social como profesional para iniciar el proceso de aceptación.

Aceptar la historia vital. R. podría comenzar aceptando una historia más completa y real de su vida. R. tiende a enfocarse en las experiencias de juicios, críticas, vergüenzas, decepciones, censuras a la imperfección e inseguridades y olvida los momentos de superación y los retos que le han llevado a sus logros. Aceptar su historia positiva le permitiría practicar la autoafirmación, al recordar sus éxitos y habilidades y estar abierta a la retroalimentación constructiva, al filtrar las críticas y comparaciones no constructivas.

Al igual que con las acciones comprometidas, transferir el impulso de la aceptación de algunos eventos a otros adicionales requiere un nivel mínimo de aceptación. Cuando la evitación es generalizada y universal, es necesario aumentar la aceptación mediante otros procesos, como la identificación de valores, para así incrementar el valor reforzante de los resultados que pueden ocurrir una vez que se realiza la aceptación (Belisle, J. et al., 2021).

Aceptar la comparación. La aceptación de la comparación social implica aprender a reconocer que cada músico, cada violinista, tiene su propio camino y que las comparaciones solo conducen a sentimientos negativos. Esta aceptación no implica una resignación pasiva, sino que R. puede enfocarse en su propio progreso y crecimiento personal con sus valores como guía y actuar de acuerdo a ellos, sin importarle lo que hagan o digan los demás.

La aceptación de R. pasa por comprender y tomar conciencia del hecho de que ella, al igual que todos los violinistas, tiene habilidades únicas, y que las comparaciones son lenguaje y solo obstaculizan y distraen su propio crecimiento. Aunque es difícil, R. podría aceptar el juicio comparativo de los demás, teniendo en cuenta que las opiniones de los demás son palabras, letras, frases, no son hechos y no definen su valía como persona ni como músico. Aceptar incluye aprender a establecer límites a las críticas peyorativas que socavar su dignidad y su voluntad y afectan a su modo de ser y estar en el mundo.

Aceptar el desempeño ineficiente y/o inefectivo. El no obtener los resultados esperados, incluso posiblemente merecidos, en una carrera tan competitiva, requiere que R. aprenda a aceptar su miedo al fracaso, a reconocer que su fracaso, es parte de su proceso de aprendizaje y no un nuevo juicio sobre su valía como músico. R. , después de situaciones percibidas como fracasos,  podría adquirir el hábito de practicar la  identificación de sus áreas de mejora.  Progresivamente, R. puede aprender a aceptar la ansiedad por cometer errores, por fracasar, por decepcionar, como una parte normal del proceso y a enfocarse en disfrutar de la música; reconocer, aceptar y utilizar las críticas constructivas para mejorar su técnica; aceptar que cada violinista de su orquesta, o sus competidores en las audiciones, son diferentes y tienen sus propias fortalezas y debilidades.

Aceptar la crianza en su infancia y adolescencia. R. necesita aceptar que el contexto de crianza, los marcos relacionales de su infancia y adolescencia en los que compartía protagonismo con sus padres, hermanos y familiares cercanos, ha contribuido a su ser y estar en el mundo de una determinada manera. Se ayudaría a R. a reconocer que la crianza en su familia ha podido contribuir a su ansiedad, por una parte sin culpabilizar, ellos actuaron de acuerdo a su contexto y recursos, y por otra con gratitud por los sacrificios que hicieron por su amor a ella. Aceptar la influencia de la crianza es una autovalidación, no significa que ella no pueda tomar las riendas de su vida. Ella es la única que puede actuar con sus pensamientos, emociones y comportamiento en dirección a sus valores.

Se comenzaría guiándo a R. en la expresión de sus sentimientos y emociones hacia la crianza de sus padres. Se le enseña a observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos ni dejarse llevar por ellos. En este análisis se identificarían las características del estilo de crianza de sus padres (preocupación, sobreprotección y falta de autonomía, responsabilidad, control excesivo, dificultad para afrontar los desafíos, comparación social, dependencia de los profesores de violín y de la opinión de los demás, búsqueda de aprobación, miedo al fracaso, expectativas poco realistas, énfasis en los resultados, miedos exagerados, sacrificios, rutinas, etc.). Y se conduciría a una autoevaluación, desde la comprensión de cómo este estilo de crianza ha impactado en su desarrollo personal y profesional. Al no poder cambiar el pasado ni la crianza de sus padres, se le animaría a centrarse en el presente y en lo que puede controlar como persona adulta, guiándola en acciones que le llevan a tomar una responsabilidad personal por su propio bienestar emocional.

R. reconoce sentir gratitud por los sacrificios que sus padres hicieron por ella para brindarle todas las oportunidades posibles que incluyen estudios musicales de gran calidad, acceso a instrumentos y recursos y experiencias enriquecedoras. 

Ellos siempre le han mostrado amor y apoyo incondicional, siempre han querido y quieren lo mejor para ella, actuaron con la mejor intención y máxima dedicación. con una presencia constante en su vida, acompañándola siempre que lo ha requerido. Le ofrecieron la oportunidad de estudiar música y vivenciar valores como  amor, plena dedicación, perseverancia, fuerza de voluntad, honestidad, integridad, respeto, humor, pasión por la música, pasión por ayudar y enseñar, disciplina, esfuerzo, resiliencia… Estos valores han sido una fuente de fortaleza y motivación para R. en su vida personal y profesional en los momentos más difíciles de su carrera.

R. puede iniciar un proceso de reconocimiento, validación y aceptación del miedo a pensar que no cumple las expectativas de sus padres, a decepcionarlos,  incluso aunque sepa que están orgullosos de ella. Ese miedo es una parte natural de su relación que se explicita en pensamientos, creencias, emociones. Puede aprender a experimentarlo y desafiarlo desde la autocompasión y una comunicación abierta y sincera con sus ellos. Esto puede incluir explorar su autoexigencia y cuestionar sus creencias perfeccionistas y así fomentar una perspectiva más compasiva y realista sobre el éxito y el fracaso.

En este proceso, R. puede aprender a reconocer y aceptar que sentirse incómoda al hablar con su familia de sus audiciones, de sus circunstancias laborales, de pensamientos, aspiraciones y preocupaciones, es una experiencia normal y no necesariamente negativa. Se le podría animar a notar permitir que estas emociones sigan mientras comparte y celebra con sus padres el reconocimiento de los logros personales y profesionales, independientemente de si cumplen o no con ciertas expectativas.

Aceptar la competitividad. R. afronta una trayectoria desafiante en los últimos años. Lucha por rendir en audiciones de un nivel muy importante, adecuado a sus competencias y no lo logra. Pierde oportunidades laborales, a pesar de su excepcional talento, reconocido desde una edad temprana. A pesar de haber sido ganadora de numerosos concursos en su etapa formativa, R. se encuentra atrapada en una espiral de ansiedad y autoexigencia que le impide alcanzar su potencial en el escenario. 

Quizás la lucha para controlar la  MPA que condiciona el rendimiento de R. en situaciones evaluativas, tenga su anclaje fundamental en marcos relacionales en contextos educativos muy competitivos a edad muy temprana. En estos se sintió presionada para alcanzar estándares muy altos y con una intensa comparación, donde el prestigio de los docentes y su currículo se escribía sobre los triunfos de sus discípulos en concursos y exhibiciones. Aunque R. ya no tiene una relación directa con estos profesores, sus enseñanzas y presión que ejercieron han dejado marca en su desarrollo como músico y en su bienestar emocional.

Los estilos de entrenamiento importan, la forma en que el profesor/entrenador interactúa con su alumno influye en sus niveles de ansiedad. La conexión positiva es clave. Un estilo de enseñanza comprensivo, que valore el esfuerzo y el progreso individual, solidario y colaborativo (democrático) parece ser más beneficioso para el desarrollo y el rendimiento. La comunicación es crucial: una comunicación abierta entre el alumno (atleta o músico) y sus profesores puede ayudarles a entender sus necesidades y a adaptar su enfoque en la competición/audición (Rosa Sridana, R., et al., 2024).

Los recuerdos, los mantras y las imágenes de algunos de los profesores y mentores de R., habitualmente, se fusionan con sus pensamientos, con sus autocríticas, con su autoexigencia y con su dependencia de la opinión de los demás. Le producien un gran desasosiego, una pérdida de atención y concentración al intentar borrarlos de su mente: “Si no soy la mejor, no soy lo suficientemente buena”. R. mantiene un diálogo interno con su mente culpabilizándose de su situación actual. Piensa que podría haber hecho más, que quizás es un problema suyo, de su personalidad, algo genético, un defecto, porque otros alumnos de esos mismos profesores han “triunfado”. Por ello, en el proceso de aceptación, validación y cambio para superar la barrera de la MPA, la aceptación de esos eventos internos que provienen de los estilos educativos de algunos de sus profesores podrían debilitar esos marcos relacionales.

Las estrategias desde la terapia ACT irían en la dirección de que R. reconociera y aceptara que la ansiedad es una respuesta natural, una reacción normal a las experiencias pasadas con sus antiguos profesores y que no es un defecto personal: “Es normal sentirme ansiosa después de lo que he vivido. He sido sometida a un ambiente muy exigente y crítico desde los cuatro años, donde mis compañeros en la clase de mi profesor eran mi competencia. No soy débil por sentirme así, especialmente al enfrentar situaciones que me recuerdan a mis antiguos profesores”. “Merecía comprensión, amor y respeto, independientemente de mi desempeño musical. En esa situación era normal vivir cada día en una autocrítica y autoexigencia excesiva”.

R. puede aprender a observar, sin juzgar, los pensamientos y emociones que le vienen al recordar las situaciones con sus profesores el día después de haber ganado un concurso o el día después de no haberlo ganado, “haberlo perdido”. Aceptar su presencia sin dejarse dominar por ellos: la crítica interna y el miedo al fracaso, la comparación con otros, la perfección y el valor del resultado sobre el proceso, sin dejar de experimentarlas, sin intentar evitarlas y borrarlas de su mente: "Cada violinista tiene su propio camino y estilo, y todos somos valiosos".

Las emociones que le abordan,  intenta controlar o lucha para olvidar, pueden ocurrirle a cualquier violinista, por lo que puede aprender a permitirse sentir tristeza, ira o frustración. “Es comprensible que me sienta triste y enojada por la forma en que me trataron mis antiguos profesores, especialmente por la presión que me imponían y la falta de apoyo que recibí cuando no alcancé el primer puesto en aquel concurso tan importante”.

El sentimiento de culpa le ata al pasado, por eso perdonar a esos profesores, tendría la función de liberarse del resentimiento le permitiría seguir adelante con su carrera musical y al mismo tiempo, tratarse a sí misma con amabilidad y comprensión, sin juzgarse por sus errores o debilidades del pasado, aceptando su sensibilidad y sus necesidades. Sus profesores son el pasado: “No apruebo lo que hicieron, pero elijo liberarme del resentimiento y la culpa para poder seguir adelante con mi vida y mi carrera musical”. R. nuevamente podría aprender a centrar su atención en el momento actual y en las cosas que puede controlar, en lugar de rumiar: “Sigo siendo una violinista talentosa, con muchas fortalezas y por supuesto debilidades que marcan mi progreso, mi mejora, cuento con mi esfuerzo y dedicación. Puedo disfrutar de la música sin importar el resultado, enfocándome en mi propio proceso y crecimiento. Puedo permitirme cometer errores y aprender de ellos”.

En este proceso de aceptación y autovalidación se podría guiar a R. a explorar en su memoria nuevas formas de pensar sobre sus experiencias con otros profesores, cuyos métodos de enseñanza mantenían enfoques muy válidos, alejados de la competitividad, de la comparación y centrados en su desarrollo personal. Este cambio de perspectiva puede ayudar a R. a cuestionar la veracidad y utilidad de los mantras competitivos que ha internalizado y completar su historia formativa con afirmaciones y pensamientos más amables, comprensivos y realistas sobre su propio progreso y talento como violinista, al reconocer que está en un viaje único y que no necesita compararse constantemente con otros violinistas.

Aceptación y autocompasión. Existe una conexión entre la autocompasión y las cogniciones, emociones y comportamientos, considerados tanto directa como indirectamente relacionados con el rendimiento y el bienestar (Mosewich et al., 2023). La autocompasión, definida como la capacidad de tratarse a uno mismo con amabilidad y comprensión, especialmente en momentos de dificultad, se presenta como un camino hacia la aceptación de uno mismo y la construcción de relaciones menos dependientes de juicios. La autocompasión invita a R. a aceptarse y a estar presente en el momento actual, sin juzgar sus pensamientos o emociones. Esta práctica le permite observarlos con desapego, reconociéndolos como experiencias válidas sin dejarse arrastrar por ellos. La autocompasión le libera del autojuicio constante y la tiranía de la autocrítica y la decepción, permitiéndole vivir con mayor autenticidad y serenidad. La autocompasión se contrapone a la autocrítica, caracterizada por la tendencia a juzgarse con severidad y exigirse demasiado. Esta actitud genera ansiedad y dificulta el bienestar psicológico. En cambio, la autocompasión invita a R. a tratarse con amabilidad, comprensión y respeto, reconociendo y aceptando sus imperfecciones como parte de la naturaleza humana. La autocompasión promueve una actitud de no juzgar, a los demás ni a uno mismo. R.  transformaría juicio constante hacia sí misma en una actitud más comprensiva y tolerante. Este proceso le llevaría a aceptarse a sí misma, con sus fortalezas y debilidades, éxitos y fracasos. Esta aceptación no implica resignación, sino un reconocimiento amable de su realidad actual.

La autocompasión  impulsaría a reconocer la humanidad compartida, a entender que las experiencias de ansiedad son comunes. Esto le alejaría del aislamiento y le permitiría conectar con la comprensión y compasión a los demás músicos. En contraste, la autocrítica que le  aísla de los demás, le hace sentir que es la única que experimenta sufrimiento en el escenario y en su vida.

La autocompasión desde el perdón, también puede brindarle a R. una mayor conciencia de sí misma. Al cultivar esta práctica, podrá identificar patrones internos y comprender cómo estos influyen en su comportamiento. Esta mayor autoconciencia le permitirá tomar decisiones más conscientes y responsables en su vida personal y profesional lejos de la autocrítica y culpabilización. La autocompasión le alienta a estar abierta a la experiencia, aceptando lo que venga sin intentar controlarlo o evitarlo. Esta apertura le permitiría aprender de sus experiencias, tanto positivas como negativas. Ser autocompasiva le ayudará a R. a hablarse con cariño y ofrecerse el apoyo necesario, especialmente en momentos de dificultad. Esta práctica fomenta una actitud amable y comprensiva hacia ella misma, lo que le permitirá afrontar los desafíos con mayor resiliencia y fortaleza.

Para iniciar una posible intervención basada en la autocompasión para R., quien se identifica como altamente exigente consigo misma y, en ocasiones, no constructiva, se podría comenzar con un ejercicio de escritura de autocompasión relacionado con un contratiempo en el escenario, como el descontrol del tempo. R. recibiría instrucciones para fomentar la autocompasión y disminuir los niveles de autocrítica, rumiación y preocupación excesiva por los errores. 

Se alentaría a R. a notar, identificar y procesar experiencias negativas anteriores y contratiempos significativos; eventos en los que no obtuvo el resultado deseado, a pesar de ser competente para ello. Identificar un contratiempo personalmente significativo ayudará a R. a conectarse con sus emociones y reconocer la humanidad común en situaciones similares. Para promover la humanidad común, se le pediría a R. que enumerara formas en que otros violinistas experimentan eventos similares. Esta tarea le ayudará a comprender que las dificultades y contratiempos son parte de la experiencia humana compartida y que no está sola en sus luchas.

Para evocar la autobondad, la amabilidad hacia ella misma, se le solicitaría a R. que escriba un párrafo donde exprese comprensión, bondad y preocupación hacia ella misma. Esta tarea fomentará la autocompasión al alentarle a tratarse a sí misma con amabilidad y comprensión, en lugar de con crítica y juicio. También se le indicaría que escribiera a ella misma como si estuviera comunicándose con una amiga cercana en la misma situación. Esto ayudará a distanciarse de la autocrítica y adoptar una perspectiva más compasiva y solidaria hacia sí misma. Para fomentar la atención plena, se le pediría a R. que escribiera todas las circunstancias del evento, incluyendo los antecedentes y consecuentes, de manera objetiva y sin emociones, con todo lujo de detalles, y que releyera y completara la narración durante varios días. Esto ayudará a R. a reconocer el evento sin identificarse demasiado con los aspectos negativos de la experiencia, promoviendo así una mayor claridad mental y tranquilidad emocional.

Con el fin de activar su red de apoyo, R. podría aprender a identificar y hablarse de los recursos internos y externos que le pueden predisponer o, por el contrario, mitigar la reacción ansiosa al estrés. Con esta identificación podría comenzar a recuperar su autoconfianza, hablándose con amabilidad, cuando está relajada, en los momentos previos a dormir, cuando está relajada, cuando camina o corre, cuando está en el gimnasio, cuando está en soledad, tratándose a siempre a sí misma con la misma amabilidad con la que trataría a un amigo. E inmediatamente perdonándose a sí misma, aceptando por las imperfecciones en su rendimiento, por los errores, sintiéndolos como parte del aprendizaje, con la perspectiva de su progresión. Y finalmente reconociendo, desde la perspectiva de la humanidad compartida, que ningún artista tiene la certeza, al 100% de que en el escenario el rendimiento sea igual al del ensayo. Todos experimentan dificultades, no está sola. Y finalmente recordando que posee grandes fortalezas como persona y como violinista: su creatividad, su capacidad de improvisar, su capacidad para aprender, para enseñar, su capacidad de amar y ser compasiva, que en muchas ocasiones le han proporcionado muchas satisfacciones.

Atención plena/Conciencia del momento presente.  La conciencia del momento presente describe la asignación del comportamiento atencional a los eventos que ocurren en el momento presente, en lugar de participar en comportamiento relacional verbal sobre eventos pasados y futuros (Hayes et al., 2011). Se guiaría a R., en el entrenamiento de su mente, para enfocarse en el momento presente sin juzgar los pensamientos, emociones o sensaciones que surjan a través de la meditación formal y de la informal. Está última supone que comience a mantener una atención plena en sus actividades cotidianas: comer, caminar, conversar, afinar el violín, dar resina al arco, la posición de su cuerpo en la ejecución de las habilidades técnicas y expresivas. Poco a poco prestaría atención cada vez a un mayor número de detalles sensoriales, al mismo tiempo que nota y acepta los pensamientos, sensaciones y emociones que fluyen sin apegarse a ellos ni intentar controlarlos, ni reprimirlos, ni luchar con ellos. Mientras practica la atención plena los etiqueta ("pensamiento", "juicio" o "sensación", “recuerdo” “vergüenza”, “inseguridad “, “culpa”…) y los reconoce como eventos mentales que vienen y van e inmediatamente, sin juzgarlos ni creerlos como verdades absolutas, dirige su atención a la actividad que está realizando. Para iniciarse en la meditación formal, desde la aceptación y la autocompasión, aprenderá a enfocarse conscientemente:  en la respiración, observando la entrada y salida del aire, para anclar la mente en el momento presente; en las sensaciones y tensiones presentes en cada parte de su cuerpo, mediante el escaneo corporal y en uno o más sentidos para aumentar la conciencia sensorial del entorno.

La mente de R. tiene dos caras. En momentos de estrés, como la preparación de un nuevo repertorio para una audición, concurso o recital, su mente puede convertirse en su gran aliada. A través de la atención plena (mindfulness), la calma y la concentración en la tarea, R. encuentra en la meditación previa al sueño un espacio para favorecer la planificación, la creatividad, la resolución de problemas, el diseño de ejercicios técnicos, las respuestas a preguntas y la estructuración del tiempo, aspectos fundamentales para su desempeño musical. Su mente, en estado de calma y enfoque, le permite conectar con su "violín interior", potenciando su interpretación musical. En definitiva, la mente de R. se convierte en una herramienta poderosa que le ayuda a afrontar los desafíos y a alcanzar sus objetivos musicales.

En cambio, en el momento crucial de una audición y conforme la fecha se acerca, su diálogo interno se hace más evidente con un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios. Las pesadillas recurrentes y la dificultad para conciliar el sueño son manifestaciones tangibles de la carga emocional que lleva consigo. A pesar de haber dedicado meses de se ve acosada por la ansiedad. A medida que se acerca el momento de “enfrentarse” al escenario, R. se ve abrumada. Su desempeño previo en situaciones similares ha sido desalentador, a pesar de su competencia técnica indiscutible. Los temblores y rigideces que experimenta su cuerpo como resultado de la ansiedad intensifican su sensación de incapacidad. En este momento crítico, se torna imprescindible para R. desvincularse de las emociones negativas que la invaden: la culpa, la presión por la aprobación externa y el temor al fracaso y a la decepción de los demás. La clave para alcanzar el éxito en esta situación radica en que  se concentre plenamente en el presente, en el aquí y ahora. “Al participar en este comportamiento inicial de prestar atención al momento presente, se disminuye el control funcional del diálogo interno negativo” (Dixson et al., 2023). En lugar de permitir que los pensamientos y emociones negativas le dominen,  dirigiría su atención hacia las contingencias del momento presente: la postura adecuada de su cuerpo, la posición precisa de sus manos sobre el violín, la tensión adecuada del arco y la fluidez de la melodía que está a punto de interpretar.

Para R., estar presente en el momento de la audición a veces se ve interrumpido por clases relacionales que están vinculadas a eventos futuros, especialmente aquellos que tienen una función de evitación. Se cuestiona: “¿Por qué me estoy exponiendo de nuevo en lugar de conformarme con lo que tengo? ¡Seguro que cometeré errores, incluso en lo más fácil! ¡No vale la pena exponerme de nuevo!” Esto significa que cuando R. se encuentra pensando en el futuro, especialmente preocupada por el fracaso o la crítica en sus actuaciones, le resulta difícil conectarse con el presente, y parte de su interpretación ocurre sin que ella sea consciente. Preocupada por cometer errores durante su actuación, anticipa mentalmente posibles fallos, lo que distrae su atención de la partitura, descontrola físicamente su ejecución y aumenta su ansiedad. Incluso en ocasiones, justo antes de salir al escenario, recuerda experiencias pasadas de errores o críticas y siente la presión de alcanzar ciertos estándares de perfección o reconocimiento. En lugar de preparar su violín y calentar cada parte de su cuerpo, concentrándose sensorialmente en los ejercicios, se ve envuelta en un diálogo interno que le aleja del momento presente. Todas estas variables, junto con las contingencias que la llevan a pensar en "qué pasaría si..." o "y si...", mantienen su atención en eventos hipotéticos pasados y futuros. Esta constante rumiación sobre el pasado y el futuro la alejan de la concentración necesaria.

Estas clases relacionales verbales de evitación son prominentes y persistentes en la mente de R., a pesar de practicar ejercicios de mindfulness y relajación. Practicar mindfulness y relajación muscular como estrategias para disminuir el diálogo interno y las respuestas de su cuerpo no han resultado efectivas. En lugar de darles una funcionalidad “médica” para eliminar los síntomas, desde la perspectiva de ACT, se integrarían con técnicas de aceptación, autocompasión y defusión para aumentar su flexibilidad psicológica y centrarse más en la búsqueda de sus valores y metas a largo plazo, en lugar de permitir que el miedo a un rendimiento insuficiente la controle en el escenario. Esta integración de la atención plena potenciaría su desarrollo profesional, y  transformaría su relación consigo misma y con su entorno. Al superar las barreras que le alejan del aquí y ahora, podrá acceder a un mayor bienestar y alcanzar su máximo potencial como violinista. 

Dado que R. ambién ha tenido muchos éxitos en el pasado y ha demostrado habilidades musicales significativas, que su mente no recuerda habitualmente, es probable que mantenga su competencia de estar presente en el momento durante ciertas partes de su práctica o actuaciones. Identificar y reconocer estos momentos en los que está presente en la actualidad es el primer paso para fortalecer su conciencia del momento presente desde la aceptación y autocompasión. Enseñar a R. a notar cuándo está presente en el aquí y ahora en su vida cotidiana y profesional (durante la práctica privada o pública), mediante la observación de sus pensamientos, emociones y sensaciones físicas, fomenta reconocer las señales de su cuerpo y mente que indican que está concentrada. R. aprendería a incrementar la práctica de la atención plena durante la práctica privada, con su repertorista, grupo de cámara y en las actuaciones con su orquesta, y progresivamente en sus audiciones y recitales. 

En sus ensayos con el pianista repertorista, esta práctica se manifiesta de diversas maneras. Comienza por establecer una coordinación fluida entre ambos músicos. Al estar presente en el momento y enfocarse en una comunicación clara y abierta, R. escucha con atención las ideas y sugerencias del repertorista. Esto le permite comprender mejor su perspectiva, promueve un diálogo abierto y colaborativo, y crea un ambiente de confianza y comprensión mutua.

En situaciones de conflicto o desacuerdo, muy habituales en el trabajo colaborativo, la conciencia plena le permite a R. abordar estas diferencias de manera calmada y asertiva. Presta atención a sus pensamientos, emociones y sensaciones, los observa sin juzgarlos y los deja ir, permitiéndole volver a enfocarse en la tarea de interpretar en coordinación con su repertorista. De esta manera, la práctica de R. con el pianista repertorista se convierte en un ejemplo de cómo la conciencia plena puede mejorar la comunicación, la colaboración y la resolución de conflictos en el ámbito musical.

La conciencia plena le brinda a R. la capacidad de asumir retos a pesar del estrés que puedan generar. Este enfoque le permite reconocer y aceptar el estrés como parte natural del proceso de crecimiento, dándole la capacidad de canalizar esa energía de manera positiva y seguir adelante con sus objetivos. Esta mayor resiliencia le permite afrontar los desafíos con entereza y flexibilidad, aprendiendo de las experiencias y superando los obstáculos que se presenten en su camino. Salir de su zona de confort y asumir nuevos retos no solo impulsa su crecimiento personal y profesional, sino que también aumenta su satisfacción personal y fortalece su autovalidación.

Tomar conciencia plena del estrés y aceptarlo como parte natural de la experiencia, experimentándolo desde la aceptación, cobra sentido cuando R. sigue la brújula de sus valores, tanto en lo profesional como en lo personal. La atención plena al presente implica estar consciente de los objetivos y pequeños logros que se van alcanzando en línea con sus valores. Al mantenerse atenta a sus valores y motivaciones, R. puede tomar decisiones profesionales que le brinden satisfacción y significado, alineando su carrera con sus principios más profundos. Centrarse con atención en su propósito le brinda mayor claridad y dirección, permitiéndole tomar decisiones a largo plazo en lugar de buscar satisfacciones momentáneas basadas en las expectativas de los demás. Al vivir de acuerdo con su auténtica forma de ser y estar en el mundo, R experimenta una sensación de realización genuina al alcanzar objetivos alineados con sus valores, por pequeños que sean. 

La atención plena emerge como un elemento fundamental en el desarrollo de la creatividad de R. Poner su impronta personal en la música es esencial para que se sienta una verdadera artista. La atención plena le permitiría escucharse con todos sus sentidos, conectarse con su esencia como músico y expresar su voz única y personal. Su práctica le habilita a estar abierta a nuevas ideas, sonidos y estilos musicales. Al estar plenamente consciente del momento presente, R. podría expresarse musicalmente libre de las valoraciones y juicios de los demás, explorando diferentes posibilidades y tomar riesgos creativos. La atención plena le permitiría a R. disfrutar del proceso de creación musical sin sentir la presión de la perfección o el resultado final.

Al estar conectada consigo misma y con su música, R. podrá expresar su auténtica esencia como artista, lo que crea una conexión profunda con su audiencia. Expresar su autenticidad a través de la música le brindaría a R. una gran satisfacción personal y profesional al compartir su verdadero ser con el mundo. La atención al momento presente le permitiría identificar sobre lo que más le apasiona de la música y lo que quiere transmitir a través de ella, lo que le ayudaría a definir su identidad musical única. Sin la presión de la perfección, R. puede experimentar con diferentes estilos, técnicas y formas de expresión para encontrar su propia voz artística y desarrollar un estilo distintivo que la caracterice. Prestar atención a su expresión musical le permitiría a R. descubrir su intuición y dejar que la guíe en su camino musical. R. podrá reconocer y aceptar sus fortalezas como sus debilidades como parte integral de su identidad musical, valorando cada aspecto de su ser y permitiéndose crecer y evolucionar como artista a partir de esas experiencias.

Atención plena propioceptiva e interoceptiva y exposición informada. La propiocepción y la interocepción son aspectos fundamentales para la práctica del violín de R. La propiocepción le permite tener un control preciso sobre su técnica y postura. Es la capacidad de su cuerpo para percibir en el presente la posición y el movimiento de sus partes, así como la fuerza ejercida por los músculos cuando toca. Es crucial para que tenga un control preciso sobre la colocación y posición de sus manos en el diapasón del violín, los movimientos fluidos y precisos de sus dedos, y la presión adecuada que ejerce sobre el arco en las cuerdas, lo que es fundamental para producir un sonido limpio, con cuerpo y proyección, así como matizado. La propiocepción le permite a Raquel ajustar su técnica en tiempo real durante una actuación o una sesión de práctica sin tener que depender únicamente de la visión.

La interocepción le ayuda a regular su estado emocional y mantenerse concentrada durante sus actuaciones. Se refiere a la capacidad para que R. perciba con atención plena las señales internas, como la frecuencia cardíaca, la respiración, la temperatura corporal y las sensaciones viscerales (estómago, corazón, intestinos, diafragma, entre otros). La interocepción ayuda a R. a mantener un estado de calma y concentración durante su actuación, ya que le permite estar consciente de su estado físico y emocional, prestando atención fundamentalmente a su respiración y ritmo cardíaco.

Si R. cultivará una atención plena de su cuerpo con aceptación, autocompasión y desde la perspectiva del yo-contexto, a través del escaneo corporal,  le permitiría ser más flexible y eficiente en la tarea de interpretar. Al tomar conciencia, notar, etiquetar, comprender y desfusionarse de cómo responde su cuerpo ante las "exposiciones" de sus conductas internas y externas, tanto en su práctica habitual como en sus actuaciones y en su vida en general, fundamentalmente en su actividad física y sus relaciones sociales, R. lograría mejorar su propiocepción, regular su interocepción, aumentar su autoconciencia y optimizar su desempeño en todos los ámbitos de su vida.

Desde una perspectiva de la ACT y la RFT, la exposición como técnica, o estrategia, psicológica es “la presentación organizada de estímulos previamente restringidos en un contexto diseñado para garantizar la expansión del repertorio” (Hayes et al., 2012). En la exposición informada por ACT, los R. practicaría fortalecer su flexibilidad psicológica mientras está en contacto con estímulos que tienden a restringir respuestas flexibles mientras aprende a conectar con lo que es importante para ella. El objetivo de la exposición informada por ACT es trabajar con pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales para alterar su función; aumentar su repertorio conductual en presencia de ellos.

Thompson et al. (2023) en el texto  “ACT-Informed Exposure Anxiety”, indican que la exposición informada es una técnica terapéutica utilizada (ACT) que busca ayudar a las personas a enfrentar gradualmente situaciones temidas sin que esto afecte su desempeño. En lugar de tratar de eliminar la ansiedad, la exposición informada se enfoca en desarrollar una mayor flexibilidad psicológica y una tolerancia a la incomodidad emocional alineada con los valores personales y profesionales de cada individuo. Este enfoque se basa en la premisa de que, al aceptar plenamente los síntomas de ansiedad y permitir que estén presentes sin intentar cambiarlos, las personas pueden aprender a vivir una vida más significativa y valiente, incluso en presencia de malestar emocional.

R. en lugar de evitar las situaciones de estrés, las respuestas ansiosas temidas, tratar de suprimir sus síntomas de ansiedad, puede beneficiarse de la exposición informada. Esto implica identificar sus valores musicales y personales relacionados con las audiciones y comprometerse con acciones graduales que le lleven a enfrentar sus miedos a los juicios y críticas de los demás, mientras se mantiene enfocada en sus valores. Si entiende que la lucha constante contra la ansiedad puede llevar a quedar atrapada en un ciclo infructuoso, R. puede comenzar a enfocarse en aumentar su flexibilidad psicológica. Esto implica reconocer cómo los comportamientos de evitación y lucha pueden estar perpetuando su ansiedad y reorientarse hacia lo que realmente valora: su pasión por la música y su deseo de compartir dicha pasión con otros.

La aplicación práctica de la exposición informada por ACT implica que R. se sumerja más profundamente en las contingencias de su comportamiento frente a las situaciones que desencadenan su ansiedad escénica. Al identificar las relaciones entre los estímulos desencadenantes, sus respuestas de ansiedad y las consecuencias de sus acciones, R. puede comenzar a desafiar esos patrones y aprender formas más adaptativas de responder. En lugar de evitar, controlar las situaciones de actuación y las respuestas naturales al estrés por miedo a los efectos bloqueadores de la ansiedad, podría trabajar para enfrentarlas gradualmente, permitiéndose experimentar la ansiedad mientras se compromete con su práctica, con su expresividad musical y con su comunicación emocional con su público. Este enfoque puede ayudarla a desarrollar una mayor tolerancia al malestar y a reducir su reactividad ante la ansiedad en situaciones de desempeño susceptibles de juicios y críticas.

Muchas de sus respuestas están moldeadas por experiencias directas en el escenario, en su infancia, con sus profesores…, y  están influenciadas por comportamientos gobernados por reglas verbales. R. ha internalizado la creencia de que debe ser capaz de controlar sus pensamientos, sentimientos y sensaciones durante una actuación para que no bloqueen su mente y cuerpo. Esto le lleva a intentar suprimir los síntomas de su ansiedad en lugar de aceptarla y permitir que esté presente. Si R. reconoce que las reglas verbales a las que ha estado adherida pueden no siempre corresponder a lo que realmente sucede, puede comenzar a cuestionar estas creencias y explorar nuevas formas de responder a su ansiedad escénica. En lugar de intentar controlar sus pensamientos, sentimientos y sensaciones fisiológicas, puede aprender a aceptarlos como parte natural de la experiencia humana y comprometerse con sus objetivos musicales a pesar de ellos. Esto le permitirá adaptarse de manera más efectiva a diferentes contextos y situaciones donde su rendimiento idea ser juzgado, sin quedar atrapada en patrones de comportamiento restrictivos y poco saludables.

En lugar de la habituación, el énfasis en la exposición dentro del modelo de flexibilidad psicológica de la ACT está en expandir en R. los repertorios conductuales. La aceptación es una forma de exposición en el sentido de que se trata de cambiar la relación contextual con el malestar para aumentar la respuesta flexible. Mientras que para los terapeutas de exposición tradicionales, el objetivo de la aceptación es la reducción de síntomas, para los terapeutas de exposición informados por la ACT, el objetivo de la aceptación es la flexibilidad psicológica, de la cual la reducción de síntomas puede ser un subproducto o efecto secundario (Thompson et al., 2023).

 Por ejemplo, R. podría, dentro de su plan de acciones comprometidas, grabarse a sí misma leyendo una lista de sus pensamientos autocríticos más comunes y luego practicar estar presente con las emociones que surgen mientras escucha la grabación. Al hacer esto, aprendería a aceptarlas, defusionarse, con la perspectiva observador, permitiéndose experimentar completamente las emociones, como la vulnerabilidad, vergüenza, culpabilidad o la inseguridad, en lugar de tratar de evitarlas o suprimirlas. Con el tiempo, esto podría ayudar a R. tocar eficientemente al desvincularse de sus pensamientos autocríticos y a reducir su influencia sobre su bienestar emocional y su desempeño musical. También R. podría provocar las sensaciones físicas asociadas con su ansiedad. R. podría realizar diversas actividades, como ejercicios de respiración intensa, visualización de situaciones de audición estresantes o incluso realizar ejercicios físicos vigorosos. Estas actividades inducirían una respuesta fisiológica similar a la ansiedad en un entorno seguro y controlado.

Durante el proceso de exposición informada, aprendería a observar estas sensaciones físicas sin juzgarlas ni intentar controlarlas. En lugar de resistirse a la ansiedad o tratar de evitarla, R. practicaría aceptar plenamente sus emociones y pensamientos, permitiendo que estén presentes mientras continúa con su práctica musical y preparación para las audiciones. Al combinar la exposición informada con otras técnicas terapéuticas como la defusión, la aceptación, la autocompasión desde la perspectiva de observa al observador, R. podrías desarrollar una mayor autoconciencia y mantener la concentración en su interpretación musical y mejorar su desempeño en las audiciones, incluso en presencia de síntomas de ansiedad.

Defusión. La defusión implica reducir la fuerza de las relaciones contenidas dentro de una clase funcional y puede lograrse expandiendo la red relacional (lo que reduce la fuerza de cualquier relación individual). La defusión puede ser difícil de lograr cuando las funciones de evitación se generalizan a través de varios marcos relacionales, cuando los marcos son altamente resistentes a los efectos de contracondicionamiento o extinción, y cuando la literalización de los marcos relacionales es mantenida por contingencias externas (Belisle, J. et al., 2021). Expandir el tamaño de las clases relacionales puede reducir la fuerza de las relaciones individuales contenidas dentro de la clase (Belisle y Dixon, 2020).

Las clases relacionales de R. que contienen múltiples y fuertes relaciones con funciones de evitación y control, están interfiriendo con su capacidad para estar presente en el momento de la audición y comprometerse con acciones que la acerquen a sus valores. Estas relaciones verbales arraigadas están contribuyendo a su sufrimiento y dificultan su capacidad para alcanzar su potencial máximo en el escenario. Los ejercicios de defusión pueden serle útiles al debilitar estas clases relacionales que mantienen patrones desafiantes de relación, como el miedo a las críticas, juicios y comparaciones de los demás, miedo al fracaso, a un rendimiento insuficiente que le impida tener un buen resultado o la autocrítica excesiva. Al introducir inestabilidad dentro de estas relaciones verbales existentes, R. puede comenzar a desvincularse de pensamientos y emociones que la mantienen atrapada en preocupaciones sobre el futuro o el pasado y en el momento presente.

Al debilitarse estos patrones que causan sufrimiento también puede interrumpir el proceso de autoorganización de R., lo que significa que sus patrones de pensamiento y comportamiento pueden volverse más flexibles y adaptativos. Al reducirse la influencia de estas relaciones verbales arraigadas desde su infancia, R. puede abrirse a nuevas formas de relacionarse consigo misma y con su música que sean más alineadas con sus valores y metas a largo plazo.

La práctica de la difusión ayudaría a R., desde la aceptación, la autocompasión y la imposición y voluntad a experimentar, a distanciarse de los pensamientos, las sensaciones y las emociones. La defusión la practicaría en distintos contextos de su vida cotidiana: en su trabajo, durante sus ensayos, en actividades de meditación formal, antes de dormir, durante actividades rutinarias, mientras realiza ejercicio físico, en sus relaciones interpersonales, antes de salir al escenario, en el escenario y después de su actuación, así como en su práctica diaria.

Para lograr esto, se le guiaría para aprender a observar estos eventos como acontecimientos no reales que su mente le envía, sin necesidad de juzgarlos ni creerlos, comprendiendo que no la definen y etiquetarlos ("solo es un pensamiento, un recuerdo, una sensación..."). Aprendería que estos eventos son temporales, que vienen y van, como hojas flotando en un río,  que cambian constantemente y que no le obligan a interrumpir lo que está haciendo, es decir, su acción en la realidad. Al observarlos los podría cosificar, fisicalizarlos, humorizarlos, jugar con el lenguaje... Con el tiempo, R. comenzaría a aceptar gradualmente estos eventos internos como productos de su mente, sin evitarlos, con disposición a sentirlos y creando una distancia con ellos, descontextualizándolos y reduciendo su poder para distraer su atención.

El intento de  R. de controlar o eliminar sus miedos, sus preocupaciones, las respuestas en forma de ansiedad al estrés de una exposición al juicio y a la crítica, consumen su atención y le lleva a errores de desempeño, especialmente rigidez corporal, pérdida de conciencia del tempo y lapsus de memoria. En un estado de "defusión", R. aceptaría sus pensamientos, recuerdos, sensaciones, emociones. Los consideraría como una serie de palabras, imágenes y reacciones de su corazón, estómago, diafragma,… que vienen y van, sin que dominen su atención ni sus comportamientos elegidos, sino que simplemente sean considerados, permitiéndole permanecer presente y comprometida con la tarea en cuestión (Harris, 2009), la interpretación técnica y expresiva de la partitura. La defusión permitiría a Raquel presenciar sus pensamientos sin "fusionarse" con la narrativa de su mente ansiosa, y promover respuestas menos reactivas a experiencias internas no deseadas, creando separación entre la experiencia y el "yo observador" (Juncos y de Paiva e Pona, 2018).

Los ejercicios de defusión ofrecerían a R. una estrategia de intervención ensayada y experimentada en su vida cotidiana y preparada para usar antes de salir al escenario, aplicable en momentos donde la evitación experiencial o el comportamiento desafiante sean probables, especialmente cuando se sospecha que la fusión cognitiva desempeña un papel importante. Distanciarse de los pensamientos y sentimientos antes de la interacción con el evento estresante, audición, concurso o recital, puede impulsar el éxito, siempre que R. tenga el nivel de competencia necesario, la capacitación técnica y expresiva (Dixson et al., 2023).

Yo contexto/yo observador. Se refiere a la parte de la experiencia humana que está en constante interacción con el entorno y que actúa como un observador consciente de las experiencias internas y externas. Este aspecto del yo se caracteriza por su capacidad para observar, interpretar y responder a las diferentes situaciones de la vida a diferencia del "yo contenido", que tiende a identificarse con los pensamientos y emociones. Enseñar a R. a actuar desde la perspectiva de su yo como contexto se refiere a la capacidad de observarse a sí misma como una participante en su propia vida, reconociendo que los pensamientos y emociones no son el yo. Esta perspectiva implica la desidentificación con los pensamientos al reconocer que los pensamientos son eventos mentales que pasan por la mente, pero no definen su identidad ni su esencia de la persona. Al tomar conciencia R. de que su "yo", como el de todos los humanos, es un proceso en constante cambio a través de todos los contextos, compuesto por pensamientos, emociones, sensaciones y experiencias, siente que no es algo fijo ni inmutable.

La observación, sin intentar controlar ni modificar, de los eventos internos que surgen y desaparecen través de la atención plena y práctica de la meditación, la descripción de dichos eventos sin apegarse a ellos, sin rumiar,   ("estoy teniendo el pensamiento de que..." o "estoy sintiendo ira en este momento") para crear distancia y evitar la fusión con ellos y la observación sin lucha de las sensaciones físicas asociadas a su ansiedad, le ayudarán a aprender a relacionarse con sus pensamientos y emociones de manera más saludable y efectiva reconocer que son señales de su mente y su cuerpo que no definen la identidad. R. aprendería que es más que sus pensamientos y emociones.

El yo contexto abarca la habilidad de responder de manera flexible y adaptada a los marcos relacionales deícticos, considerando el contexto específico en el que se encuentra. Implica una respuesta contextualizada, en lugar de una rigidez predefinida sin consideración del entorno. Cuando la noción del "yo" se aplica de manera rígida y uniforme a todos los contextos, se le conoce como "yo como contenido" o "yo conceptualizado". El yo conceptualizado de R. “Yo soy insuficiente y vulnerable ante los juicios y críticas de los demás” se manifesta en múltiples áreas de la vida de R., como durante los ensayos, las clases magistrales o las presentaciones en vivo, y en las relaciones familiares y sociales y se refuerza por percepciones de críticas externas, comparaciones con otros músicos y decepciones por experiencias previas de rendimientos insuficientes. R. está respondiendo a todas las situaciones atrapada en un "yo como contenido" con términos diagnósticos como "yo soy ansiosa”, “soy descontrolada”, “soy acelerada”, “soy inconsciente “, “soy una desesperada”, “ estoy triste”,  “estoy derrotada”, “estoy sin ganas de hablar ni relacionarse”, o "soy incapaz de tocar bien bajo presión”… sin tener en cuenta el contexto específico en el que experimenta esos sentimientos y sin transcender su percepción: “en este momento estoy observando que la mente me envía el pensamiento de que soy ansiosa”. Se podría explorar si R. se identifica conceptualmente en todos los aspectos de su vida actual, incluso a lo largo de su historia, o si está localizado dentro de un solo contexto. Se trataría de determinar la estabilidad temporal de esta autoevaluación.

Cuando la tendencia a responder en términos de un yo conceptualizado se arraiga, es difícil cambiarla, especialmente si esta conceptualización se extiende a diferentes aspectos de la vida. Se mantiene consistente a lo largo del tiempo o está influenciada principalmente por reforzadores externos superficiales (Belisle, J. et al., 2021). Este patrón de comportamiento limita su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones y dificultar su capacidad para experimentar y aprender de diversas experiencias. Es importante que explore y desarrolle una comprensión más flexible de sí misma, que le permita responder de manera adaptativa a los diferentes contextos y desafíos que enfrenta en su vida profesional y personal.

Al igual que con la conciencia del momento presente, promover un mayor yo-como-contexto puede lograrse al notar aquellos momentos en los que las evaluaciones de yo-como-contexto son más probables e intentar aumentar esta ocurrencia en nuevos contextos. (Belisle, J. et al., 2021). Para promover una mayor auto-consciencia contextual, se podría guiar  a R. a notar los momentos en los que es más probable que evalúe su estado de ánimo o situación de manera descontextualizada. Se comenzaría con la identificación de los diferentes contextos, las diferentes situaciones que vive (trabajo, relaciones, tiempo libre) y las características de cada una,  y se analizaría cómo responde en cada contexto y si estas respuestas son flexibles o rígidas. Se trataría de introducir nuevos contextos y expandir sus relaciones y experiencias existentes para tener nuevas oportunidades de respuesta en términos de yo-como-contexto, que interrumpan la estabilidad de su sistema relacional y que desafíen su autoevaluación estable al permitirle nuevos patrones relacionales más adaptativos, como la actividad física, volver al gimnasio, correr, practicar algún deporte, coger la bicicleta... R. convive, en su orquesta y con sus referentes de su infancia y adolescencia, con contingencias externas que refuerzan sus patrones y le dificultan cambiar sus patrones estables de autoevaluación. Por ejemplo, si R. su última audición , en la que sus brazos se bloquearon y no obtuvo la plaza que deseaba, ante la vista de colegas que conocía. Aumentar otros reforzadores disponibles en su orquesta, como la camaradería y el sentido de pertenencia, ayudaría a R. Podría ampliar su yo desde otros contextos al llevar la relación más allá de la relación laboral, al compartir celebraciones de cumpleaños, navidad… actividades deportivas, invitando… Esto le llevaría a vivenciar una comprensión más amplia de sí mismo, de su yo como contexto más allá del “yo soy un violinista que se siente observado y juzgado por los demás” como violinista y como persona , reconociendo que el desempeño en una situación particular no define completamente su valía como artista.

El progresivo desarrollo de su capacidad de atención plena tanto mediante el mindfulness formal o informal y la defusión permitiría a R. conectarse con su yo como contexto. Durante la meditación, R. puede practicar siendo consciente de sus pensamientos y emociones sin identificarse con ellos. Puede visualizar sus pensamientos como hojas que flotan en un río, o nubes en el cielo, dejando qué pasen, que se vayan, sin aferrarse a ellos. Esto le permite objetivar sus pensamientos y sentimientos, reconociéndolos como eventos mentales temporales. Durante la meditación, R. puede explorar cómo se siente en comparación con su yo en diferentes momentos de su vida, como cuando era niña o adolescente, o en experiencias pasadas. Incluso alentándole a recordar muchos momentos en los que ha tenido éxito, a reconocer sus habilidades y fortalezas musicales y personales, y a separar su identidad del resultado de la última audición, sometida fundamentalmente por la presión por impresionar a los demás y el miedo al juicio negativo. Esto le permite reconocer que aunque ha cambiado, aún hay un núcleo constante en su ser: su yo como contexto. R. puede registrar con etiquetas los pensamientos, emociones y sensaciones: llevar un diario escrito con dos entradas. En una de ellas describiría cómo cambian y evolucionan sus eventos internos a lo largo del tiempo y de los diseños contextos y en la otra su historia vital de experiencias dificultades con éxitos y fracasos en distintos momentos de su vida. 

Al darse R. cuenta de sus pensamientos, emociones y sensaciones y su historia vital también puede ser consciente de que está siendo consciente de ellos. Esto le ayuda a cultivar una metacognición y a separarse aún más de sus pensamientos y emociones. R. puede explorar la experiencia de continuidad personal y la noción de que su identidad trasciende el momento presente. Puede notar sobre cómo, a pesar de los cambios y las fluctuaciones en sus pensamientos y emociones, hay una parte de ella que permanece constante a lo largo del tiempo. Esto implica reconocer que ella es más que sus estados mentales actuales y que su verdadera identidad no está completamente definida por lo que está experimentando en el momento presente.