Vivencias en las audiciones: cuando la ansiedad silencia las competencias. 

Impacto. El impacto de la MPA en la carrera académica, profesional y personal de los músicos, es uno de los temas más investigados en la ciencia del rendimiento y la medicina de las artes escénicas. Un número significativo de músicos de música clásica occidental experimentan dificultades para demostrar en sus actuaciones públicas sus competencias. Atribuyen estos problemas a los nervios y preocupaciones que sienten, junto a las respuestas corporales incontroladas que interfieren con una ejecución adecuada (Nagel, 2010). Incluso algunos músicos experimentan MPA en entornos de menor riesgo, como clases o ensayos (Dobos et al., 2019).

El juicio en la cultura musical occidental. En nuestra cultura, el juicio subyace en todo. Aprender a tocar un instrumento a estándares profesionales es increíblemente exigente. Necesitas habilidad, compromiso y disciplina; necesitas dominar tu instrumento, interpretar fielmente la música que estás tocando, manejar tus nervios y, sobre todo, ser lo suficientemente libre para expresarte. “Y si estás haciendo esto en una cultura que tiene al juicio en su núcleo, hay consecuencias: el juicio es peligroso" (Tomlinson, 2018). El éxito y la longevidad de una carrera musical dependen de la capacidad de los músicos para ofrecer actuaciones de alta calidad de manera consistente bajo mucha presión (Williamon et al., 2013).

Independencia parcial del aprendizaje y desarrollo de competencias y dependencia del control atencional en el escenario. La MPA es parcialmente independiente de los años de entrenamiento, práctica y nivel de logro musical, es decir, que los músicos pueden ser capaces de interpretar a niveles de excelencia mientras experimentan niveles significativos de MPA, aunque manifiestan malestar (Kenny, 2011). Muchos músicos profesionales, a pesar de afrontarla y conseguir cierta eficacia en sus interpretaciones, siguen sufriendo problemas físicos y mentales relacionados con el rendimiento (Gembris et al., 2018). Eysenck et al. (2007, 2009) diferencian entre eficacia y eficiencia en el rendimiento: “Hay una distinción fundamental entre la eficacia del desempeño (calidad del rendimiento) y la eficiencia del procesamiento (la relación entre la efectividad del desempeño y el uso de recursos de procesamiento). La ansiedad afecta más la eficiencia del procesamiento que la eficacia del desempeño. La ansiedad condiciona la eficiencia de dos tipos de control atencional: (1) control atencional negativo (involucrado en inhibir la atención a estímulos irrelevantes para la tarea); y (2) control atencional positivo (involucrado en cambiar flexiblemente la atención entre y dentro de las tareas para maximizar el rendimiento)”.  Este hallazgo es significativo, ya que puede explicar cómo las competencias adquiridas en cuanto a experiencia y pericia pueden, en algunos casos, atenuar el impacto del MPA limitante en la calidad del rendimiento al mantener altos niveles de eficacia, pero con un coste personal en términos de  bienestar y disfrute.

Impacto de la MPA en la transición de R. entre su experiencia formativa y profesional. Eficacia, eficiencia y efectividad de su desempeño. R. se prepara meticulosamente y alcanza un alto nivel en sus interpretaciones privadas. Sin embargo, en el escenario, nos indica que la presión por la evaluación y las críticas afectan a la calidad de su rendimiento. Le llevan a cometer errores que le impiden alcanzar resultados deseados. A pesar de estos errores y el malestar resultante, en ocasiones logra ser eficaz y obtiene logros, gracias a su pericia, incluso si rinde por debajo de sus posibilidades.

R. suele optimizar el uso de sus recursos disponibles en su ámbito privado. Invierte el tiempo suficiente,  con un esfuerzo significativo en su preparación. Muestra una alta eficiencia al poder interpretar con un gran nivel técnico y expresivo. Sin embargo, en el escenario la eficiencia no se ve corroborada al no poder rendir al máximo de sus capacidades “debido a su MPA”.

Hay audiciones en las que R. no es efectiva, porque su rendimiento ha estado muy por debajo de sus posibilidades y los jueces del tribunal no pueden otorgarle la plaza. En cambio, en otras ocasiones, a pesar de rendir óptimamente, no obtiene el resultado deseado debido a la interpretación subjetiva del tribunal. Se siente vulnerable por la arbitrariedad, lo que le causa malestar y dudas sobre su futuro, gran presión e inseguridad para las siguientes audiciones.

R. Indica que, una vez finalizada la parte fundamental de su formación y preparada para iniciar una carrera profesional, al salir de la adolescencia y entrar en su vida adulta, la MPA, que había estado cada vez más presente en su última etapa formativa, comenzó a deteriorar su eficacia y a generar rendimientos insatisfactorios. A lo largo de su transición, desde adolescente a su incipiente vida adulta, constata que perdió su eficiencia, aunque mantuvo una eficacia suficiente para ser efectiva y mantener extraordinarios resultados académicos. A los 20 años, en el nuevo contexto laboral, incrementó su MPA y su eficacia se redujo. En la actualidad, ha sido suficientemente eficaz para encontrar estabilidad laboral, aunque su MPA le impide en ocasiones progresar y afirma estar muy lejos de sentirse bien y disfrutar en el escenario. 

Pensamientos intrusivos. R. indica que, antes y durante su interpretación, su atención se queda atrapada, fusionada y distraída, con pensamientos como: "al final, tanto preparar estas dobles cuerdas; voy a fallar en lo más sencillo"; "igual no tengo el nivel para optar a esta plaza”; "estoy en la sala de calentamiento, miro, escucho a otros candidatos y pienso que no soy tan bueno como los demás"; "si me empieza a temblar el arco, voy a tener un ataque de pánico en el escenario";  "todos van a notar que estoy muy acelerada"; "si me equivoco perderé la mejor oportunidad de mi vida"; "no puedo soportar la idea de decepcionar a mi familia con los sacrificios que han hecho por mí"; "voy a cometer un error en el solo que tanto me he preparado"; "el público se dará cuenta de que no soy tan buena como piensan si me equivoco en la primera escala"; "si me eliminan en la primera ronda, será una humillación"; "nunca seré lo suficientemente buena si no rindo al 100%"; "la gente va a estar muy atenta al Mozart y notará cada error que cometa"; "¿y si me quedo en blanco durante la actuación?"; "no puedo soportar la idea de decepcionar a mis amigos, quienes confían en mí y me apoyan"; "quizás debería haber practicado más para tener más seguridad y ser perfecta en el escenario"; "¿por qué elegí una carrera tan estresante, competitiva e insegura?"... 

Recuerdos parciales y negativos. R. indica, “como defecto”, que tiene muy buena memoria vital y que su mente se enreda en recuerdos personales casi siempre “negativos”. Hacen referencia a situaciones pasadas caracterizadas por dificultades o fracasos, tanto del rendimiento en el escenario o ante un profesor, así como de la pérdida de oportunidades. Recuerdos como “una mala experiencia en una evaluación anterior”; “los comentarios y/o críticas negativas, incluso destructivas o devastadoras de un profesor o juez después de una audición, clase o competición”; “la comparación propia o ajena de su profesor, con otros violinistas con mejores rendimientos y resultados”; “situaciones con profundos sentimientos de humillación y vulnerabilidad”; “momentos de ansiedad y pánico que le siguen removiendo la tripa y le dejan sin aire, con la garganta oprimida, al hacerlos presentes”; “recuerdos de actuaciones donde cometió errores en pasajes técnicamente fáciles o tuvo problemas con el violín o con el arco”; “la sensación de vergüenza después de una actuación importante que no salió como esperaba, ante las altas expectativas de su entorno familiar y/o académico”; “momentos de pánico escénico y ansiedad extrema, previos a subir al escenario en actuaciones anteriores”; “una actuación pasada donde se quedó en blanco frente a la audiencia, a pesar de ser una obra interpretada en muchas ocasiones”;  “sentimientos de incomodidad y desesperación al recordar una situación en la que tocó todo acelerado, y perdió todas las posibilidades de acceder a un puesto de trabajo”. 

Visualizaciones de desempeños ineficientes. R., al definirse, afirma ser muy visual, especialmente en los momentos previos a dormir, pero también durante la vigilia y, por supuesto, en los momentos previos a la audición. Visualiza con todo lujo de detalles al público,  jueces, profesores, familiares, otros músicos, que  murmuran y con expresiones de decepción y desaprobación entre ellos después de un error durante su actuación. Visualiza críticas negativas escritas en redes sociales después de una audición. Se imagina conversaciones al día siguiente con personas cercanas que la aprecian y apoyan, conscientes de su fracaso en la audición. Visualiza dificultades técnicas con el violín o el arco, como que los tensores se aflojan y la afinación es imposible, o que se mueve el alma o se desplaza el puente, e incluso que se le cae el violín. Estas imágenes en sus sueños, se transforman en pesadillas.

Lucha contra las respuestas fisiológicas. Para R., las audiciones se convierten en una guerra con muchas escaramuzas contra su propio cuerpo. La brevedad del tiempo y la presión por demostrar su competencia le generan una serie de respuestas físicas, fisiológicas, que le traicionan y perjudican. Los temblores en manos y piernas, se convierten en una barrera infranqueable. Son el presagio de un rendimiento con muchos problemas. El agarre del arco se vuelve inseguro, el control del instrumento se ve comprometido y la precisión de la ejecución se ve afectada. La taquicardia y las palpitaciones aceleran su ritmo cardíaco y le generan una sensación de desasosiego que interfiere con su respiración normal y la concentración, las siente tanto antes, durante y después de la actuación. No le preocupan mucho fuera del escenario, donde se siente protegida, e incluso ha logrado controlarlas, pero en el escenario le destrozan el equilibrio de la interpretación y le impiden ser ella misma. 

 La sudoración excesiva en las manos altera la sensación de deslizamiento de su mano izquierda, lo que perjudica su precisión y dificulta sus cambios de posición y afinación. Afecta en su mano derecha al agarre del arco y obliga a tensar los dedos y el brazo, lo que perjudica la calidad del sonido y la ejecución precisa y limpia de los golpes de arco y los cambios de cuerda.

El nudo en el estómago y las náuseas le generan incomodidad digestiva que puede afectar a la respiración y a la concentración. Cuida mucho su alimentación previa a la actuación, aunque la mayor parte de las veces es infructuoso. A pesar de estar relajada previamente, al pisar el escenario siente tensión muscular en los hombros, el cuello e incluso en la espalda. La falta de flexibilidad le dificulta el movimiento natural del cuerpo y la conexión con el instrumento y afecta a su sonoridad y expresividad.  En el momento que le llaman para salir al escenario, inconscientemente, su respiración se entrecorta y tiene dificultad para tomar aire, y siente un nudo en la garganta.